El carrete de los tres dias.
Las colas de los pitos mal enrollados en la mesita de centro, los vasos sucios y las botellas vacías rodando por el living, las miro largo rato mientras voy despertando tirado en el suelo, la alfombra llena de saliva y manchas del ron malo de la noche anterior, duele el pecho como la mierda, tengo que haber apagado tele de cara al suelo porque también duele el cuello.
Ya no recuerdo bien cuando fue que empecé a apagar tele para poder dormir, supongo que fue antes de empezar a tomar cerveza para el desayuno, a eso de las dos de la tarde.
En el sofá está Víctor fumándose un cigarro, y en el suelo hay una olla con el arroz que quedó de anoche, se le hecha medio paquete de mayonesa y hasta se disfruta.
Queda algo de martini, así que lo mezclamos con un jugo en polvo y queda seudo elegante... Mientras desayunamos empezamos a hacer memoria de la noche anterior y lo idiotizado que quedó el primero en caer, tenemos los videos, nos reímos una y otra vez viéndolo, pensamos en subirlo a Internet algún día.
Conversamos de filosofía, de sexo, de política, de drogas y de literatura. Escuchamos decenas de discos mientras se nos pasa la tarde, se nos acaban los cigarros, nos quedamos sin alcohol... Partimos sucios y adormecidos a la botillería..
En el camino nos animamos a ir a la otra esquina a comprar unas sopaipillas, pero el carro no abrió ese día, caminamos varias cuadras hacia el puesto que está en la estación del metro... No hay nada.
Entonces tomamos el metro, vamos al centro de Santiago solamente motivados por comprar sopaipillas, vagamos por La Alameda hasta encontrar a una señora vendiendo frituras, nos hacemos de media docena y nos paramos por ahí a comerlas mirando pasar a los oficinistas.
Ya es de noche cuando nos metemos al 777, bebemos una cantidad idiota de cervezas sentados en una mesa sucia y anónima. Cuando ya no damos mas bajamos como podemos la escalera y caminamos por el centro sin rumbo ni mucho equilibrio... Deben ser las 3 de la madrugada cuando sentados en la vereda contemplamos a una pareja de góticos peleando afuera de la blondie, hasta que un carabinero los separa seseando y dándoles lecciones de moralidad mientras se los lleva detenidos.
Nos reímos un poco mientras nos paramos y caminamos a la casa, o hasta la micro, o a donde sea, lo importante es que en el refrigerador aun queda algo de trago que una vez allá engullimos hasta no dar mas, mientras hablamos de lo humano y lo divino, de la sociedad y de la nada, y en realidad siempre acabamos deprimidos cuando pensamos en el fin de las utopías, de la generación de mierda, de la represión y la alienación televisiva, escuchando música en la alfombra mientras despotricamos contra la derechización fascista del estado, contando las historias heroicas de los abuelos y los padres, de aquel lejano tiempo de la acción, y así va... así va, va, va y va.
Y es que, a esa hora, tras cada palabra no dan ganas de nada que no sea humedecerse la soledad con un poco de ron, cerveza, vino, lo que sea... El pecho pareciera tener demasiadas cicatrices del olvido adentro como para respirar aire sin nicotina, y es difícil conciliar el sueño cuando todo deviene sin mucha mas razón que titularse para empezar a producir en un sistema que no elegimos, cuyo fin es el progreso, un progreso hacia una sociedad cada día mas fría e impersonal.
No quiero creer eso, nadie en su sano juicio lo creería, y cuando no crees en algo, ya no puede tocarte el alma... De eso se trata, supongo.
Pero en esas noches las elucubraciones van manchando el aire, revoloteando alrededor de los anillos de humo, alojándose en el pecho de a poco, tras cada cigarrillo, hasta que el cuerpo no da mas hasta que de pronto uno abre los ojos y se queda mirando la botella tirada en el suelo, el sol pegando en la cara, la alfombra manchada con restos de sopaipillas con mostaza...
Es otra mañana de la primavera en Santiago, y no tiene nada de especial.
8 comentarios
skjskjs -
cuniXcore -
como lo haciai con la acidez?
Pelao -
luego, un poco de mega sopeda y de vuelta a la copas.
Pancho -
Juan -
Creo que todos hemos tenidos fines de semana así: Borrachos en forma permanente, conseguimos una visión absolutamente distinta del mundo, tal vez más aguda pese a las nieblas del alcohol...
Lástima que el precio a pagar sea un dolor de cabeza tremenda y el anegamiento de varios millones de neuronas D=
DAnielosky -
David -
Increible, me vi reflejado.
Deja-vu
jose -
disculpame estoy volado y nose si estoy interpretando bien. OO ESTA LLOVIENDO LA RAJA